A Comer...

Lista de excesos que estoy dispuesta a prodigarme en esta vida. Puede haber: comidas, golosinas, bebidas, objetos, gente y las más diversas entidades que me despierten el deseo de llevármelas a la boca.
No se aceptan excusas, mami viene con el avioncito...

domingo, 11 de abril de 2010

Helado de chocolate y avellanas


Dos veces por semana almuerzo un cuarto de helado de chocolate y avellanas. Descubrí que no es sólo por comer algo que me gusta sino el placer de ser desordenada, adolescente y compulsiva lo que me lleva a esa elección.
Cuando vivía en Banfield conocía un heladero que le agregaba cremas, salsas y confituras de colores. Siempre terminábamos hablando con cierto sentido del deleite y lo bacanal de los postres helados que, con sabiduría, escondía en su freezer. De las capas que tenían, de las ocasiones para las que convenía reservarlos.
Una vez me llevé uno. Era fantástico, opulento y gigante. Lo terminé en una noche. A la mañana siguiente estaba tirada en la cama, sin poder moverme y sin recordar lo que había ocurrido. Marqué el número del portero del edificio por si tenía una copia de mi llave y podía venir en mi rescate. Estaba a pocas cuadras pero vino. Se encargó de recibir al médico.

1 comentario:

  1. Ay que rico!!! a mi tambien me encantaria poder almorzar de vez en cuando helados... me diste una gran idea...

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